HUEVOS Y COLESTEROL

Lo primero que tenemos que tener claro es que el colesterol no tiene porque ser malo ya que todos los seres humanos lo necesitamos para mantener las paredes celulares y lo segundo que tenemos que tener claro es que existen dos tipos de colesterol:

  • Colesterol de la dieta.
  • Colesterol en sangre.

Ambos colesteroles son igual de importantes para el ser humano.

El colesterol de la dieta se encuentra en ciertos alimentos que ingerimos, carnes, productos lácteos, huevos, pescados, aves, mariscos… etc. El segundo tipo de colesterol, el sanguíneo, se produce en nuestro hígado y se encuentra en la sangre. El colesterol está dividido en dos categorías, colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad, «el bueno») y colesterol LDL   ( lipoproteína de baja densidad, «el malo»), porque se pega a las paredes arteriales.

Para resumir, lo realmente malo es la cantidad de LDL («el malo») en la sangre de nuestro cuerpo, un exceso del mismo puede causar problemas al corazón, una obstrucción de venas y arterias etc.

En los últimos estudios científicos se muestra una gran evidencia de que el colesterol de la dieta no aumenta el colesterol en sangre, que lo que hace que aumente es principalmente las grasas saturadas y también el LDL, y si observamos los valores nutricionales de los huevos podemos comprobar que principalmente contiene grasas poliinsaturadas por lo que puede disminuir el colesterol en sangre si sustituimos los alimentos con grasa saturadas por los huevos.

Los huevos cuentan con un gran valor nutricional, la clara ( lo blanco) es la proteína y es de alto valor biológico y cada huevo contiene aproximadamente unos 6,5 gramos de proteína, por otro lado tenemos la yema  ( lo amarillo) que es donde tenemos proteína y grasa. Aparte de proteína y grasa los huevos contienen un sin fin de vitaminas, A, B, B1, B6, D entre otras y también gran variedad de minerales, hierro, cinc, calcio etc.